"Para mí y para los europeos, el trance es algo
que cuesta entender", dijo a Efe la española que entre 1997 y 2003 viajó
a la isla caribeña para captar las tradiciones de esa sociedad pero,
sobre todo "buscando la relación del hombre con los espíritus".
"Fue un trabajo de investigación. Comencé por ir a
la cascada, donde la gente va a pedir cosas relacionadas con el amor,
con el matrimonio, con los hijos, con la fortuna (...) Me impactó tanto
la fuerza que tiene Haití que continué yendo durante 7 años", explicó la
fotógrafa nacida en Puertollano hace 64 años.
García Rodero consideró que la práctica del vudú
fue el común denominador para unir, religiosamente, a la población
haitiana, que tenía diferentes creencias.
"Los esclavos que traían del Golfo de Guinea
tenían distintas religiones y el vudú fue lo que les unió. Su
religiosidad fue lo que les dio consistencia y cohesión como pueblo y lo
que les unió para buscar su libertad y su independencia, que lograron
en 1804", relató.
Manifestó que "el vudú impregna a toda la sociedad
haitiana, pero no solo en la religiosidad, sino también en el arte, la
música, en la pintura y en la cultura".
Las cien fotografías que forman la exposición, y
que se exhibirán en la Torre de la Libertad de Miami hasta el 29 de
marzo, muestran las diferentes peregrinaciones que emprenden los
haitianos para realizar sus rituales.
La fotógrafa lamentó que prácticamente no
existieran archivos históricos ni documentales acerca de ese tipo de
rituales, por lo que tuvo que iniciar sus propias investigaciones
"hablando con la gente" para conocer más acerca de esta sociedad, que en
ningún caso considera que sea cerrada.
Sin embargo, señaló que en algunas partes de los
rituales no le permitieron la entrada por considerar ese tipo de
celebraciones como algo muy privado.
"Hay una parte, como en toda religión, que no te
dejan que entres porque lo consideran algo privado. Pero luego te lo
cuentan todo", dijo.
García Rodero reconoció haber quedado impactada
por la "fuerza" que tiene el país "fruto de la necesidad, porque está
muy empobrecido".
"Creo que la fuerza del pueblo haitiano es algo
contagioso, y también la admiración por ellos porque, ni siquiera, saben
lo que van a comer al día siguiente. Era difícil salir adelante pero
ellos daban prioridad a la educación de sus hijos para conseguir que
pudieran salir del estado en el que estaban viviendo", recordó.
La muestra "Rituales en Haití" debutó en la Bienal
de Venecia en 2001, y de ahí ha pasado por varios de los museos más
importantes del mundo como el MoMa de Nueva York, el Museo del Prado de
Madrid, el Guggenheim de Bilbao o el Museo de Arte Moderno de Bogotá.
EFE
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